domingo, 12 de julio de 2009

Volví a echarle un vistazo a la lista “Cosas que no debo pensar (porque son mentira, porque me hacen daño, porque son imaginaciones y paranoias mías)”… Buena forma de deshacerse de los pensamientos recurrentes y no deseados: escribirlos. Así al menos dejo de darles vueltas, y me doy un poco de paz. Si los escribo, ya no tendré que repasarlos, mentalmente, musitando a la vez, como si de la lista de la compra se tratase, para no olvidarla antes de llegar al supermercado. Escribir para olvidar …

“¿Crees en el amor a primera vista?” me preguntó aquel día. Sacudí la cabeza, y, con vehemencia, exclamé, categórica: “NO, eso son inventos, cuentos de novela romántica y culebrones y películas de Hollywood.” Él inclinó la cabeza, despacio, y suspiró. Nunca habíamos estado tan lejos el uno del otro, a la vez que tan cerca… Mentí como una bellaca. Mentía para no tener que decirle que sí, que creía, porque lo había vivido, lo había sentido precisamente con él, por primera vez en muchos años. No iba a hacer esa confesión, ahora que lo estábamos dejando, ahora que todo se había acabado, ahora que todo era inútil ya…

Debería sentir dolor, mi estómago se debería encoger dolorosamente, mi garganta debería arder, mis párpados deberían humedecerse... pero sólo siento rabia, y un enorme vacío extendiéndose dentro de mí…

Cosas que no debo pensar…

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