sábado, 13 de agosto de 2011

Yo creí ayer que el calor me derretía, me licuaba, mezclándome así con el asfalto, blando y viscoso, y escurriéndome entre las rejillas de las alcantarillas para acabar en un mundo oscuro y sucio. Afortunadamente, una maravillosa lluvia de verano me empapó hasta los huesos, y así volví a solidificarme.
 
¿Qué más se puede pedir? …olor a tierra mojada y luna llena...

1 comentario:

Dominguet dijo...

¡¡Yo estuve encantado con la lluvia!!