La navaja en el ojo: Tampoco me hace sentir especialmente mal. Es más bien una mezcla de melancolía y desasosiego. Y un poco de curiosidad por saber qué era lo que echaba en falta.
El de la casita: ¡Quiero dejar de echarlo de menos! Me tienes sobre ascuas... ¿cómo me ayudarás?
Uno puede poner empeño y encontrar que lo que echa en falta se trata de un coche. Es fácil. Pero si entramos en el pantanoso terreno emocional, ¿es posible encontrarlo mediante la voluntad? A mi me gustaría pensar que si. Pero como dices "¿me ayudarás a encontrarlo?" Ese algo que se echa en falta depende de otro. El problema estriba en saber que es lo que se echa de menos para poder encontrarlo, para que el otro pueda ayudarte. Pero estoy seguro de que son mucho/as los que tratarán de echarte una mano. Una vez que se solicita ayuda, la ayuda siempre aparece.
Creo que ya sé lo que echaba en falta... pero también puedo estar equivocada, y que sea algo completamente diferente... no podré saberlo hasta que lo recupere, y compruebe si la sensación desaparece o no... El problema es que, de momento, nadie me puede ayudar a recuperarlo.
La luz negra solo hace visible en la oscuridad la pintura fosforescente y el fosfato calcico. Si además de mi alma, puedes ver una amplia sonrisa... cógeme de la mano y llévame contigo
¿Así que eso es lo que me está pasando? Pues no se parece en nada a las caídas que siempre soñé en mis pesadillas, en las que desaparecía el suelo bajo mis pies, y me hundía mareada en el vacío. Esto es más bien como un flotar, suave, lento y agradable, en el cual no hay fondo contra el que estrellarse. ¿...porque no hay fondo, verdad?
Naturalmente que lo hay, pero te enseñare a planear, a aprovechar las corrientes tanto frías como calientes para que disfrutes. El tren con las oportunidades suele pasar alguna vez que otra y pasa despacito para que puedas montar en marcha. No lo pierdas. Nunca se sabe si pasará de nuevo.
La manía de desperdiciar oportunidades hace mucho tiempo que se me pasó. A veces importa bien poco hacia dónde te lleva el tren, si tus compañeros de viaje despiertan tu interés y te incitan a no perder nunca la curiosidad. Ante una propuesta tan tentadora, ¿quién puede resistirse?
Sí, el buscar algo también puede tener su parte positiva.
Por cierto, no es que quiera hacerte spam, pero creo que te gustaría mucho un blog de una amiga (si no lo conoces ya): http://cosinasdedomingo.blogspot.com
21 comentarios:
Es una de las peores sensaciones, como sentirse mal animosamente y no saber por qué.
Si te ayudo, dejarás de echarlo de menos. Aun y todo, cuenta conmigo. Será divertido.
La navaja en el ojo: Tampoco me hace sentir especialmente mal. Es más bien una mezcla de melancolía y desasosiego. Y un poco de curiosidad por saber qué era lo que echaba en falta.
El de la casita: ¡Quiero dejar de echarlo de menos! Me tienes sobre ascuas... ¿cómo me ayudarás?
Uno puede poner empeño y encontrar que lo que echa en falta se trata de un coche. Es fácil. Pero si entramos en el pantanoso terreno emocional, ¿es posible encontrarlo mediante la voluntad? A mi me gustaría pensar que si. Pero como dices "¿me ayudarás a encontrarlo?" Ese algo que se echa en falta depende de otro. El problema estriba en saber que es lo que se echa de menos para poder encontrarlo, para que el otro pueda ayudarte. Pero estoy seguro de que son mucho/as los que tratarán de echarte una mano. Una vez que se solicita ayuda, la ayuda siempre aparece.
Creo que ya sé lo que echaba en falta... pero también puedo estar equivocada, y que sea algo completamente diferente... no podré saberlo hasta que lo recupere, y compruebe si la sensación desaparece o no...
El problema es que, de momento, nadie me puede ayudar a recuperarlo.
Algunos/as, echamos de menos tus entradas
Hasta yo las echo de menos...
¡Vamos! tengo el alma de fosforito y está todo oscuro. ¿Donde estás?
Aquí mismo, esperándote...
¿...cómo sabré que eres tú?
La luz negra solo hace visible en la oscuridad la pintura fosforescente y el fosfato calcico. Si además de mi alma, puedes ver una amplia sonrisa... cógeme de la mano y llévame contigo
¿Me seguirás a dónde yo quiera?
No te seguiré. Me arrastrarás y cuando estés exhausta, desplegaré mis alas, una de pasión y la otra de locura. Solo tu decidirás el destino.
¿Me enseñarías a volar, para que pudiésemos volar juntos?
Los pájaros aprenden solos al caer. Como el nadar. No te asustes. Estaré a tu lado
¿Me estás ofreciendo que ponga mi vida en tus manos? ...porque tú serás el que me empuje al vacío... ¿...y cómo sé que puedo confiar en ti?
luz negra: en estos momentos estas cayendo. Es que no te das cuenta?
¿Así que eso es lo que me está pasando?
Pues no se parece en nada a las caídas que siempre soñé en mis pesadillas, en las que desaparecía el suelo bajo mis pies, y me hundía mareada en el vacío.
Esto es más bien como un flotar, suave, lento y agradable, en el cual no hay fondo contra el que estrellarse. ¿...porque no hay fondo, verdad?
Naturalmente que lo hay, pero te enseñare a planear, a aprovechar las corrientes tanto frías como calientes para que disfrutes.
El tren con las oportunidades suele pasar alguna vez que otra y pasa despacito para que puedas montar en marcha. No lo pierdas. Nunca se sabe si pasará de nuevo.
La manía de desperdiciar oportunidades hace mucho tiempo que se me pasó. A veces importa bien poco hacia dónde te lleva el tren, si tus compañeros de viaje despiertan tu interés y te incitan a no perder nunca la curiosidad.
Ante una propuesta tan tentadora, ¿quién puede resistirse?
Sí, el buscar algo también puede tener su parte positiva.
Por cierto, no es que quiera hacerte spam, pero creo que te gustaría mucho un blog de una amiga (si no lo conoces ya): http://cosinasdedomingo.blogspot.com
Pues sí, a veces es el camino lo que cuenta.
De spam, nada, todas las recomendaciones son bienvenidas. Gracias, le echaré un vistazo.
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